- La entrada de Citadel presiona a rivales como Jane Street y Jump, aprovechando la experiencia financiera tradicional para colmar las lagunas de cumplimiento de las criptomonedas a nivel mundial.
- El impulso del «criptocapital» de Trump impulsa la estrategia de diferencial de oferta y demanda de Citadel, que apuesta por las entradas institucionales y los protocolos de negociación estandarizados para 2026.
Citadel Securities, de Ken Griffin, planea entrar en el mercado de criptodivisas, en línea con la postura de apoyo del expresidente Donald Trump a los activos digitales.
La empresa, que anteriormente evitaba los intercambios de criptomonedas centrados en el comercio minorista, ahora busca la aprobación para proporcionar liquidez en plataformas como Coinbase, Binance y Crypto.com.
Las fuentes indican que las operaciones iniciales se pondrán en marcha fuera de Estados Unidos, a la espera de la evolución de la normativa.

Citadel Securities ha limitado su participación en cripto a lugares institucionales desde 2023. Ese año, se asoció con Charles Schwab y Fidelity para crear EDX Markets, una bolsa para inversores acreditados.
EDX refleja las estructuras de mercado tradicionales, separando la custodia y la negociación para mitigar los conflictos. El nuevo impulso hacia una mayor liquidez de criptomonedas señala un cambio estratégico, impulsado por la claridad regulatoria prevista bajo Trump.
La administración Trump ha dado prioridad a las políticas favorables a las criptomonedas, en contraste con el escrutinio anterior de la era Biden. En enero de 2025, Trump firmó una orden ejecutiva que ordenaba a las agencias establecer marcos de activos digitales. La presidenta de la SEC, Hester Peirce, defensora de las criptomonedas desde hace tiempo, dirige ahora un grupo de trabajo para racionalizar las normas.
Citadel pretende sacar provecho de estos cambios, posicionándose para atender la demanda institucional de criptoacceso regulado.
La cautela de Citadel contrasta con la de otras empresas como Jane Street y Jump Trading, que comenzaron a crear mercado de criptomonedas en 2017, pero redujeron sus operaciones en Estados Unidos en medio de las acciones de aplicación de 2023.
Ambas empresas mantuvieron actividades de cripto en el extranjero, centrándose en centros como Dubai y Singapur. El retraso en la entrada de Citadel le permite evitar riesgos regulatorios previos, al tiempo que aprovecha su experiencia en renta variable, bonos y ETF.
Las bolsas de criptomonedas minoristas aún tienen que lidiar con lagunas de cumplimiento, especialmente en la segregación de fondos y la transparencia. El énfasis de Citadel en la infraestructura de grado institucional sugiere que dará prioridad a las plataformas que se ajusten a las normas financieras tradicionales. El modelo actual de EDX, que evita el acceso directo de los minoristas, puede influir en este enfoque.
Los creadores de mercado como Citadel se benefician de los diferenciales entre oferta y demanda, lo que requiere mercados líquidos y de gran volumen. La volatilidad de las criptomonedas y la fragmentación de la liquidez complican este modelo. Sin embargo, la promesa de Trump de convertir a Estados Unidos en una «criptocapital» podría atraer capital institucional, impulsando la actividad comercial. Citadel sigue los pasos de BlackRock y Fidelity, que han ampliado su oferta de criptoactivos tras recibir garantías regulatorias.
El alcance global de Citadel refuerza su posicionamiento. El CEO Peng Zhao ha diversificado la firma en bonos del Tesoro, ETF y mercados internacionales desde 2018. La creación de mercados de criptomonedas se alinea con esta estrategia de crecimiento, aunque la rentabilidad depende de los resultados regulatorios. Las normas pendientes de la SEC sobre custodia y supervisión de intercambios darán forma al alcance operativo de Citadel.
Los observadores del sector señalan que la influencia de Citadel podría estandarizar las prácticas de negociación de criptomonedas.
Su entrada puede presionar a las bolsas para que adopten controles más estrictos, reflejando los protocolos del mercado de valores. Competidores como Jump y Jane Street podrían replantearse su entrada en EE.UU. si Citadel gana terreno.
Por ahora, Citadel evita las empresas minoristas y se centra en las asociaciones institucionales. El calendario de expansión de la firma sigue siendo fluido, adaptándose a los cambios políticos. A medida que se desarrollan las políticas de Trump, la apuesta calculada de Citadel refleja un pivote institucional más amplio hacia las criptomonedas, equilibrando la oportunidad con la prudencia regulatoria.